24.3.07

Por favor, perdónenme

La redacción, la redacción, la redacción me mueve a la redacción, la redacción, la redacción; yo-ho-ho y una botella de ron, como me enseñó Stevenson.

No engañaré a nadie si confieso que esto iba a ser otra cosa (al margen: 9 de cada 10 frases mías empiezan así –o con fórmulas parecidas– actualmente), pero el no tener plan de escritura ni páginas que corregir me fuerza a hacer estas pavadas, a abrir el bloc de notas y corretear por ahí como un cachorro salvaje. Como en El llamado de la selva, para no dejar de citar a mi amigo Jack, Jack London (intertextualidad con Virus: "Yo soy Jack, soy Jack London / vengo del planeta Mongo), que se pone celoso de Stevenson, allá solo, en el primer párrafo (¿a eso llamás párrafo? Me Río de Janeiro, pibe).

Quise escribir algo con contenido, desarrollar una idea en un texto, movilizar a alguien con algo, pero no pude hacer nada de eso. Soy el fracaso de mi generación, un modelo 1980 con fecha de caducidad incierta pero, no por eso, menos inexorable. Como Osvaldo Lamborghini (tercer párrafo, tercer escritor), aunque menos homosexual y perverso. ¡Si soy un pan de Dios!

Por favor, perdónenme.


Nota del redactor: la intertextualidad no para, es como un caniche toy desbocado: uno nunca sabe dónde terminará su carrera destructiva entre la ropa tendida en el tender ni qué de todo eso acabará en la calle, dos o tres pisos más abajo. A lo que iba: hay una alusión involuntaria a "My Friend Jack", hitazo de The Smoke allá por el '67. Lo que es la mente, me cachendié.

16.3.07

Frustración adolescente

"Oh man, I need TV when I got T-Rex!"
"All the Young Dudes", Mott the Hoople, 1972

15.3.07

Cable inmediato

Otra noche en la redacción del diario.

Flota en el aire esta cosa, y no pienso hacerme responsable. Es como un ansia –cigarrillos y café–, los ojos enrojecidos tras los anteojos que, pobres, ya no pueden hacer nada y el cansancio que se borra, se va, se disuelve en este impulso de escribir, los dedos que saltan solos sobre el teclado, lo literario colándose entre las hojas corregidas con tinta roja y la pantalla llena de paja, cortesía de Télam y Ansa.

Esto no será nada. Nada intento contar, no me importa quién me lea. Se trata de un desahogo, y nada más. Escribir o morirse.

9.3.07

Boris es snob

Anoche, haciendo tiempo en la redacción, anduve paseando por blogs cercanos. Lo que leí en Espléndido divague me hizo pensar en Boris Vian, y en cuán amigo suyo me siento aún a pesar de su snobismo, del mío, y de que todos odiamos a los snobs. Al respecto, la letra de su inmortal Je suis snob es magnífica. (Y, cómo no, toda una declaración de principios.)

Les dejaré la adaptación al castellano de Alberto Favero, la que cantaba nada menos que... Nacha Guevara. J'espère que vous l'appréciez.

Soy snob

Soy snob.
Soy snob.
Es mi defecto mejor
Me llevó meses de trabajo lograrlo.
Es una vida tan agitada,
pero ahora...
con el resultado estoy encantada.

Soy snob.
Terriblemente snob.
Todos mis amigos lo son,
porque ser snob es un amor.

Vestidos de Pucci.
Zapatos de cebú.
El soutien de Madrid.
En el dedo un rubí.
En el del pie, ¡eh!
las uñas negras
para hacer juego con las medias.

Voy al cine
sólo a ver vistas suecas.
Cuando voy al boliche
pido whisky a secas...
No sufro del hígado,
ya no se usa.
Tengo una úlcera,
que es más patética
y menos piruja.

Soy snob.
Soy snob.
Tengo abono en el Colón
pero no voy.
Todas las mañanas
cabalgo por la costa
porque me fascina
el olor de la bosta.
Sólo visito a los nobles
con apellidos dobles.

Soy snob.
Soy snob.
Y cuando hago el amor
lo hago con guantes y en el comedor.

Tengo un guardarropas
espectacular.
Me accidento los martes
en mi Jaguar.
Porque en estas sutilezas
se distingue la snobleza.

Soy snob, tan snob,
que Nacha Guevara
a su nueva casa
ya me invitó.

Oh! Just one more time.
Soy snob, tan snob,
que cuando me muera
tendré una mortaja
de Christian Dior.

1.3.07

Trabajando para usted

Tuve que pagar un alto precio por la mudanza a la nueva versión de Blogger. En ese entonces yo era muy joven, no lo pensé demasiado y acá estoy, sufriendo la peor de las consecuencias: la pérdida del template que tantas satisfacciones nos dio a todos. Entre los "oficiales" (la única opción posible, por cierto) el que más me gustó fue este, un poco pop, y con un fugaz paso como titular por la cara del Jardín en los días en que nadie venía.

Lo bueno es que ya pueden volver a dejar comentarios. Gerund, Romau, En el fotograma y Daniela: no tendrán que escribirme mails quejándose. Pueden escribirme, claro, pero ahora seremos libres para abordar otros temas.

Jardín de instantes, trabajando para usted.